Plan de continuidad de negocio (BCP): Qué es y para qué sirve
2020 nos ha enseñado muchas cosas a nivel empresarial. Una de ellas es la importancia de contar con un Plan B que garantice la continuidad del negocio ante cualquier situación, interna o externa, que impida su funcionamiento normal. El objetivo es evitar que cualquier incidente provoque pérdidas financieras, de reputación e incluso de clientes. Eso es exactamente lo que es el Plan de Continuidad de Negocio (BCP por sus siglas en inglés).
QUÉ ES UN PLAN DE CONTINUIDAD DEL NEGOCIO
Un plan de continuidad de negocio es una herramienta que determina:
- Cómo puede la empresa continuar con sus procesos a pesar de sufrir un imprevisto.
- Cómo puede la empresa reducir el impacto de cualquier incidente.
VENTAJAS DEL PLAN DE CONTINUIDAD DE NEGOCIO
Los principales beneficios que obtiene una empresa al implementar un plan de continuidad de negocio son:
- Identificar los riesgos, amenazas y puntos vulnerables.
- Traza un plan de ruta que garantiza la continuidad de los procesos empresariales ante una incidencia.
- Agiliza la toma de decisiones en cada situación, y permite conocer de antemano el tiempo que se tarda en volver a la normalidad.
- Prioriza la protección de los activos más valiosos.
- Se minimizan las pérdidas e impactos negativos para el negocio.
- Otorga una ventaja competitiva, al poder recuperarse antes que la competencia que no disponga de un BCP.
- Proporciona una mayor resiliencia ante las adversidades.
CUÁLES SON LOS CONTENIDOS DEL PLAN DE CONTINUIDAD DE NEGOCIO
Para poder establecer procedimientos operativos alternativos, la base de cualquier plan de continuidad de negocio tiene que ser contar con un conocimiento a fondo de la compañía: el mercado, sus clientes, la competencia, los proveedores, etc. Es esencial por ejemplo identifica a los proveedores y clientes críticos.
En cuanto a los procesos, el BCP estudia las interacciones, dependencias, entradas y salidas, fallos comunes, sistemas, repositorios…
También analiza exhaustivamente la organización en sí misma: qué roles, personas y funciones son imprescindibles. A partir de aquí se puede por ejemplo reasignar responsabilidades y roles en caso de incidencia.
A partir de todo este análisis podremos responder a preguntas como: ¿cuál es el nivel mínimo aceptable de funcionamiento de la empresa?, ¿cuánto tiempo podemos tardar como máximo en recuperar los servicios esenciales? Haber realizado estas reflexiones previamente es fundamental para que la toma de decisiones sea ágil en caso de emergencia.
Para ello habrá que priorizar. La creación o actualización del plan de continuidad de negocio corre el riesgo de sufrir parálisis por análisis, así que habrá que atacar primero aquellos escenarios que permitan reducir el mayor riesgo con el menor esfuerzo.
En todo el proceso de creación del BCP es muy importante involucrar al talento de la compañía, que es quien mejor conoce la operativa y ofrece los mejores inputs. Así se fomenta además una filosofía empresarial de continua adaptación al cambio e innovación.
UN PLAN EN EVOLUCIÓN CONTINUA
El BCP no puede ser un documento estático, sino que deberá evolucionar de manera constante, al mismo ritmo que lo hace la propia empresa en su operación habitual. Un plan de continuidad de negocio obsoleto es inútil. La gestión de la continuidad del negocio es un proceso que no acaba nunca y que debe estar integrado en el gobierno de la organización.
Una de las maneras de lograrlo es la ejecución de simulacros que permitan no solo ensayar el plan sino también detectar posibles errores y desactualizaciones y mejorarlo continuamente.
Un plan de continuidad de negocio nunca está realmente terminado.
Artículo extraído de la web de Confianz firma asociada a SFAI Spain.