Revitaliza y Crece. El tercer enfoque: Las personas y “El día después”
En anteriores artículos decíamos que tras una crisis tan prolongada y habiendo tenido que llevar a cabo las empresas restructuraciones, ajustes, despidos, congelación de salarios, etc., en el momento actual, que parece que la economía empieza a crecer, es necesario llevar a cabo un programa de revitalización que lo realizábamos, para llevar a cabo un orden en la reflexión, desde tres enfoques: el negocio, las finanzas y las personas. En el artículo anterior nos centramos en el tercer enfoque del plan: las personas como elemento estratégico pues las empresas suelen llegar donde llegan sus personas, así que estimamos que es tan importante prestarles atención a las personas como al negocio y sus aspectos más financieros.
Los costes salariales son una parte importante de la mayoría de las estructuras de costes de las empresas y rondan entre el 25% y el 60% de los ingresos, según sector y actividad. Por esta razón el personal y los gastos relacionados con él son uno de los primeros costes que se atacan en las reducciones de gastos. Normalmente, si se da la continuidad de la empresa y se recuperan los resultados financieramente hablando, suele ser una inversión que se recupera en un plazo corto de tiempo en comparación con otras inversiones.
Las sucesivas reformas laborales han ido fomentando la reducción de salarios y personal como forma de respuesta de las empresas ante la crisis, aunque eso, como se está viendo, es “pan para hoy y hambre para mañana” y, no sólo desde el punto de vista macroeconómico, ampliamente debatido en los medios de comunicación, sino desde el punto de vista de la posterior recuperación de la propia empresa.
Los que han pasado una crisis en la empresa, ya sea como empresarios o como empleados, sabrán identificar muchos de los síntomas de la fuerza laboral que se concretan en el cuadro siguiente y el pernicioso efecto que ellos tienen en la recuperación de la empresa y en la “revitalización” (en términos de salud) de sus principales órganos vitales: el desarrollo del negocio, la eficiencia y rentabilidad de la gestión, y la relación con los clientes.
“El día después”
Para entendernos, nos referimos al “día después” como aquel periodo posterior a una crisis grave que ha amenazado la supervivencia de la empresa. En este periodo la empresa está saliendo de la U.V.I. (en términos médicos) y, aun estando fuera de peligro, debe recuperarse de las drásticas medidas tomadas, que han afectado a partes importantes de sus recursos y elementos de competitividad. El principal objetivo de este período es aplicar las necesarias medidas de “Revitalización” para volver a poner a la empresa en salud.
Si definimos una empresa sana como “aquella empresa que es capaz de competir adecuadamente en el mercado o mercados elegidos, de forma rentable y sostenible en el tiempo”, y pensamos que nuestra empresa ha pasado por un periodo de drásticas medidas de ajustes, nuestro objetivo, cara a poner en marcha un “Plan de Revitalización”, es poner a la empresa en salud.
Así, respecto a la necesidad de revitalización del Capital Humano de la empresa nos permitimos mostrar algunos síntomas que hemos podido apreciar en las personas en casos de salidas de la crisis con fuertes reestructuraciones o ajustes.
En general, estos son síntomas de una baja moral en los empleados, falta de credibilidad de la organización, ausencia de liderazgo eficaz, baja eficiencia de la organización, pérdida de competitividad/competencias clave y finalmente resultados más bajos de lo esperado con una excesivamente lenta recuperación de la productividad.
En fin, el cuadro presentado es preocupante si se dan todos los síntomas, pero no hay que ser pesimista y, si se actúa adecuadamente y a tiempo los “business plans” de recuperación serán llevados a cabo con éxito.
La adecuada organización del trabajo y la adaptación y motivación de las personas son elemento “sine qua non” para implantar con éxito cualquier medida de negocio o financiera con éxito sostenible. Por ello, nos inclinamos a afirmar que el Capital Humano, aunque no sea lo primero que se aborda en un proceso de recuperación, es como dice el dicho anglosajón “last but not least” (a veces lo último pero no lo menos importante).
En resumen, los procesos de ajustes drásticos en las empresas tienen unos efectos no siempre claros en la motivación y adecuación de las personas a los nuevos tiempos. Hay que estar alerta a los posibles “síntomas del día después” y abordarlos sin prisa pero sin pausa y, sobre todo, con una eficaz comunicación sobre la sensibilidad de la empresa hacia los posibles efectos adversos, así como comunicar eficiente y consistentemente las nuevas expectativas de empresa.
El movimiento se demuestra andando y la credibilidad de la empresa suele estar “tocada” en esos casos. Así que si está Vd. leyendo este estudio y es responsable de alguna empresa en esta situación, no pierda tiempo en aplicar las primeras medidas o cambios que se relacionen con los síntomas detectados y sobre todo… explíquelo: La comunicación es la base de la motivación.