Un paso adelante en los Esquemas de Prevención de Riesgos Penales
Cambiemos la Perspectiva
El 30 de marzo se introdujo una nueva Reforma del Código Penal (Ley Orgánica 1/2015) que afianza la necesidad de disponer de estructuras y modelos de control interno para la prevención de riesgos penales. Los principales aspectos que incluye la reforma son, además de la tipificación de los delitos con responsabilidad penal para las personas jurídicas y sus administradores, con las condiciones de cumplimiento para que las personas jurídicas puedan quedar exentas de responsabilidad ante los posibles delitos penales (efecto mitigante/eximente).
Cualquier Director o Garante de sociedad diría que “esto es más de lo mismo”, o que “pagamos justos por pecadores”; “nos estarán auscultando y monitoreando, para que no generemos una nueva crisis como la del 2008”, es más de lo que nos traen los trillados casos de GOWEX, BANKIA, CAIXA, BPA…. Etc.
Siempre han existido los audaces y los inescrupulosos en nuestra sociedad, pero ello no nos quita responsabilidad sobre nuestra obligaciones cotidianas, el deber de trabajar con diligencia y prudencia, tener el dominio sobre las actividades de nuestras organizaciones, instalar las estructuras adecuadas para sobrellevar el complejo ambiente de negocios del siglo XXI, sobre la salvaje competencia, en mercados difíciles y con coyuntura compleja.
Estos temas nos ayudarán a replantearnos como profesionales si estamos en condiciones de afrontar esta problemática, o si es el momento de saltar a otra perspectiva profesional que nos guíe y asista en el nuevo desarrollo de estructuras sustentables, que tengan en su ADN la correcta interpretación del artículo 31 Bis del Código Penal.
Este nuevo paradigma nos recuerda que todo empieza y termina en nuestra empresa, y que somos protagonistas de nuestro futuro, y responsables de las contingencias que generemos. Siempre lo fuimos en verdad, y equivocadamente pensamos que las estructuras de administración que creamos son fuertes e inexpugnables, que el tiempo, las reducciones y racionalizaciones de personal y el cambio de colaboradores no las afectan. Por ello nunca nos atrevimos a ponerlas a prueba, a llevarlas a una dimensión que agregue el adecuado valor, y que nos permitan confirmar que realmente tenemos el dominio de nuestra organización, es decir que conocemos lo que sucede en tiempo real a lo largo y ancho de nuestra organización.
En esta reflexión hoy sembramos el futuro; en esta encrucijada tenemos un dilema: creamos eximentes para la responsabilidad penal emergente o recreamos las estructuras adecuadas para que nuestra organización sea sustentable y eficiente, exigiendo lo mejor de nuestros colaboradores y distinguiéndonos en forma real de nuestros competidores, convertimos una crisis en una nueva oportunidad, que la sociedad reconocerá permitiéndonos obtener un valor diferencial en la coyuntura actual.
Pablo G. Fudim
Chief Technical Officer de Santa Fe Associates International